Título: LA PRINCESA QUE CREÍA EN LOS CUENTOS DE HADAS (THE PRINCESS WHO BELIEVED IN FAIRY TALES)
Autor: Marcia Grad Powers
Editorial: Ediciones Obelisco
Año de publicación (Original / Edición): 1998 / 2009
Año de publicación (Original / Edición): 1998 / 2009
Número de páginas: 221
Precio: 10,50 €
Precio: 10,50 €
Sinopsis: Criada por un rey y una reina estrictos e inflexibles, la delicada Victoria creció soñando que algún día sería rescatada por un príncipe encantador tal y como ocurre en los cuentos de hadas. Pero cuando es rescatada las cosas no suceden como tenía previsto y el príncipe deja de ser encantador y la princesa, siguiendo el consejo de un sabio búho, emprende un emocionante viaje por el Camino de la Verdad, al final del cual descubrirá que los cuentos de hadas pueden hacerse realidad.
Reseña: Hoy os traigo una novela que llevaba mucho tiempo olvidada en mi estantería. Ha llegado la hora de desempolvarla y traérosla al blog. ¡Empezamos!
Victoria es una princesa criada
por un rey y una reina estrictos e inflexibles, pero que nunca perdió la
esperanza de que algún día apareciera su príncipe azul. Siendo como es una alegre
soñadora, imaginaros cómo reaccionan sus padres cada vez que ella les habla de
Vicky, su alocada e incontrolable “amiga imaginaria”.
Para ellos convertirse en una
princesa hecha y derecha pasa por estudiarse, saberse de memoria el “Código Real” y actual
como tal, un documento en el que quedan claras las maneras en las que debe
hablar, pensar y sentir. A Victoria sólo le queda esforzarse en convertirse en
quien debe ser, pero nunca parece ser suficiente.
Una vez en la universidad conoce
a un príncipe muy apuesto y, aunque no le salva de ningún dragón, le salva de
aburrimiento que, digamos, puede ser otra forma de salvar a alguien.
Evidentemente se casan y parece que sus sueños se han hecho realidad, hasta que
el príncipe deja de ser tan apuesto y dedicado como era. El Doctor Risitas se
convertía en El Señor Escondido, que no es ni de lejos tan agradable como su
gentil príncipe.
En una huida de vuelta al
castillo de sus padres, recuerda que de pequeña conoció a Henry Herbert Hoot, “Doc”
para los amigos, un sabio búho que le reconduce por el camino de la felicidad y
del amor. Los animales serán nuestros guías a través de la historia.
Este es, por si lo desconocíais,
un libro de autoayuda muy conocido centrado básicamente en quererse a uno
mismo. Me quedo con todas las frases tan sabias que guarda en él. Ha sido una
historia bonita, pero algo aburrida y lenta, a veces hasta me daba pereza. Aun
así cederé en que creo que el objetivo queda bastante claro, y que para que
llegue al lector puede ser necesaria esa lentitud para ir asimilando todas esas
enseñanzas que nos atrapan.
La relación entre Victoria y
Vicky es fascinante, esa dualidad entre lo que tenemos que hacer y lo que
queremos hacer, una expresión absoluta de como realmente somos pero que no
solemos mostrar. La relación con sus padres nos muestra cómo esas figuras nos
pueden inducir a conseguir logros que ellos mismos nunca consiguieron, anulando
los verdaderos deseos de cada uno. Sin darse cuenta y queriendo lo mejor para
nosotros, en ocasiones nos pueden ayudar a ser infelices.
Pero sobretodo voy a destacar lo
importante que es valorarnos y querernos tal y como somos, y que como digo yo “la
única persona que va a estar contigo toda la vida eres tú mismo” así que no te
dejes pisar por nadie, que nadie consiga hacerte sentir pequeño y acéptate, quiérete.
El libro en el que me cobijo
cuando siento que algo que me falta, cuando no estoy bien y que guardo con
mucho cariño es “El caballero de la armadura oxidada”. A “La princesa que creía
en los cuentos de hadas” se le atribuye la “continuación” del mismo, tampoco
tengo muy claro el por qué ya que ni siquiera es del mismo autor, pero no os engañéis,
no le llega ni al tobillo.
En conclusión, está bien si es lo
que buscas, una novela lenta con enseñanzas y entretenida para una tarde rápida.
Pero si buscáis algo que os ayude de verdad, os recomiendo que os dejéis llevar
por mi apuesta segura.
“Uno se rinde ante la
desesperación y cede a la aceptación de las cosas que no se pueden cambiar”
“Nunca digas ‘no se puede’”
Valoración: