Una lectora nada común

Título: UNA LECTORA NADA COMÚN (The Uncommon Reader)

Autor: Alan Bennett

Editorial: Anagrama

Año de publicación: 2007

Número de páginas: 119

Precio: 13,90€

Sinopsis: Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada?

Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer.

Reseña: Cuando hace un par de semanas fui a la librería a por algo nuevo que llevar a mis zarpas no pensé, ni por asomo, que saldría con este libro. De hecho, salí con dos: "Una lectora nada común", que me lo dio a conocer mi super-madri Marilú y "Rosacandida", anotado gracias a mi super-ahijada Norah. ¿Menuda casualidad, no? Pero os prometo que no fue a propósito. Ironías del destino.

Pues bien, ¿Por dónde empezamos? La Reina de Inglaterra nunca es fácil de presentar, y me temo que es la protagonista de nuestra novela de hoy. La historia comienza cuando la Reina descubre una pequeña librería ambulante aposentada en los límites de palacio y, por no ser descortés con su propietario, entabla conversación con él y acaba llevándose uno de sus libros. Gracias a este descubrimiento, y aconsejada por Norman, un chiquillo que trabaja en la cocina pero que se escapa a leer siempre que puede, la recia Reina se adentrará en el mundo de los libros.

Todo ello la llevará a convertirse en una lectora voraz ávida de más literatura. Los familiares y empleados comenzarán a preocuparse: ¿Por qué la Reina comienza a ser impuntual? ¿Por qué ya no tiene las ganas y la energía de antes al inaugurar nuevos edificios o vestirse de manera impoluta? Corren rumores de que últimamente siempre se la ve con un libro en la mano.

Con un respeto absoluto hacia la figura de la Reina, Bennett nos deleita con un humor inglés no fácil de conseguir. El hecho de utilizar a un personaje tan conocido y respetado como ella nos muestra el hechizo de los libros de una manera astuta y tajante. Da igual quién eres, si un humilde obrero o la mismísima Reina de Inglaterra, que un libro te tratará con indiferencia: simplemente le da igual quien seas, únicamente disfruta de lo que sus páginas te brindan.

"El atractivo, pensó, estaba en su indiferencia: había algo inaplazable en la literatura. A los libros no les importaba quién los leía o si alguien los leía o no. Todos los lectores eran iguales, ella incluida. La literatura, pensó, es una mancomunidad, las letras, una república. En realidad había oído usar esta expresión, la república de las letras, en ceremonias de graduación, títulos honorarios y demás, pero sin saber muy bien qué significaba. Entonces, que hablaran de cualquier clase de república le había parecido un poco insultante y hacerlo en su presencia una falta de tacto, como mínimo. Sólo ahora comprendía su significado. Los libros no se sometían. Todos los lectores eran iguales y esto le remontaba a los comienzos de su vida."

Me parece que he topado con una de esas novelas que tienen el poder de cambiarnos como personas, es una oda a la lectura. Resulta que la Reina tiene sentimientos, miedos, dudas, alegrías y penas, como el resto de los mortales. Son destacables las frases de reflexión que nos encontramos a lo largo de sus páginas y más aún tratándose de una novela tan corta.

Yo siempre he creído que leer es poder. Alan Bennett es un autor que me ha llegado al alma y que me gustaría repetir. Es uno de esos autores que es una gozada leer por su prosa, por su finura a la hora de criticar a la reina o por su humor en la trastienda.

No os echéis atrás a los que no os guste la estampa de la Reina, no se trata de quién sino de qué. Este es un libro con un mensaje que debe de ser leído y eso es lo que os debe importar. Os lo recomiendo a todos aquellos que sintáis pasión por la lectura ya que encontrareis reflexiones muy ciertas que no dudo ni por un instante que os puedan desagradar. Darle una oportunidad.

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